Casi
inmediatamente, soñó con un corazón que latía. Lo soñó activo, caluroso,
secreto, del grandor de un puño cerrado, color granate en la penumbra de un
cuerpo humano aun sin cara ni sexo…
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Jorge Luis Borges, Las Ruinas
Circulares, pág. 62
Borges explora
que es lo que un humano necesita para que sea un humano valido o un humano indigno
de la vida. En el cuento, un mago trata de crear a otro hombre. Al principio, el
mago no tiene éxito porque crea a un hombre al elegir un hombre de alto sabiduría
entre un grupo de muchas personas. Este hombre eligido se deshace porque falta
algo de la existencia. La segunda vez que el mago trata de crear el hombre, lo
crea con el cimiento y la raíz de la existencia – un corazón. El corazón está al
centro del cuerpo humano y simboliza las emociones de una persona como el amor.
Las creaciones del mago no vivieron hasta que el mago empeciera con el corazón;
no vivieron hasta que el mago entendiera que las emociones, no la inteligencia,
son los cimientos de la vida.
En la película Warm Bodies, el general de la ciudad humana es muy brutal y enojado porque perdió su esposa a los zombies. Él cree que el único curo es destruir a los zombies. La hija del general va al mundo de los zombies y empieza a gustar a uno de ellos. Por la conexión y la emoción del amor entre los dos, el corazón muerto del zombie empieza a latir. La chica encuentra que la solución no es una de tecnología o de inteligencia, es una solución de emoción y amor. El general no cree en la solución de emociones hasta que vea la sangre derretida del zombie al final. Aquí, el general reconoce que aunque el zombie no tiene nada de inteligencia, lo deja vivir porque tiene la raiz de la vida – un corazon. El general y el mago reconocen que lo que nos hace un humano valido es que nuestros corazones laten con emoción.